MIRADOR DE LOS ACEBUCHES-LOS ESPARTALES (CERRO COROS)
Esta
es la cuarta circular que trazamos por la ladera noroeste del cerro
Coros. La zona, arrasada por el pavoroso incendio de septiembre de 1992
va recuperándose poco a poco viéndose en algunos lugares los efectos de
las repoblaciones. En esta ocasión salimos desde el Mirador de los
Acebuches, al que llegamos desde Zahara de la Sierra, caminamos unos
metros por la carretera y pronto bajamos para circular paralelos a la
misma por el borde del cortafuego hasta encontrar un abandonado sendero
que baja hasta cruzar el arroyo de la Higueroba. Desde aquí, siempre a
media ladera, y por una vereda plagada de aulagas, cruzamos el arroyo de
los Covachones y un par de sus afluentes por bellos surcos trazados en
la inclinada ladera. Llegamos hasta una zona denominada Los Espartales y
comenzamos el regreso elevándonos en la falda del cerro para dominar el
mismo paisaje y cruzar las mismas cañadas pero ahora entre los 800 y
los 1000 m hasta encontrar la carretera. Desde aquí nos queda algo más
de 2 km para llegar al mirador que hicimos por carretera, aunque en una
próxima visita intentaremos conectar bajando por la cañada de la
Higueroba, pese a su fuerte inclinación.
Datos: Distancia: 11,5 km // Desnivel 484 m //Tiempo: 4:20 H
Tomamos
como punto de inicio el mirador de los Acebuches, al que podemos llegar
por la carreta que sube desde Zahara o bajando desde el puerto de las
Palomas. El monumento de la izquierda recuerda y agradece su labor a los
5 hombres que murieron en el incendio de 1992.
Nos
acercamos a visitar esta encina que nos llamó la atención por la gran
carga de bellotas, aunque vemos el deterioro de la rama que sale hacia
la derecha.
Iniciamos
el camino con buenas vistas de la Garganta Verde, avanzando primero por
la carretera y después bajando a uno de los bancales que forman el
pinar, aprovechando el margen del cortafuego y dejando la carreta a
nuestra derecha.
No
resulta fácil encontrar el sendero muy abandonado y que pronto desciende
introduciéndose en el pinar y baja en zigzag hasta el cauce del arroyo
de la Higueroba. Antes nos fijamos en el lugar donde volveremos a
conectar con la carretera ya de regreso.
Poco
antes encontramos este pequeño depósito, del que salen y llegan
tuberías dentro de un recinto alambrado con pequeños portillos de
acceso. En sus proximidades encontramos una angarilla por la que
cruzamos.
Nos
queda por investigar un imperceptible sendero marcado en los mapas y
que conduce cañada arriba. Sería una opción si queremos hacer la ruta en
sentido contrario o usarlo para bajar por él en lugar de hacerlo por la
carretera.
La
cañada en un lugar profundo, fresco, ocupado en parte por un pinar al
que se le unen algunos pinsapos. Al salir de ella miramos atrás para
recrearnos en su encanto.
Si enfocamos cañada abajo vemos su angostura y su fin en el embalse de Zahara-El Gastor inundado de la luz de la mañana.
Al
lugar hemos llegado desde lo alto de esas peñas. Una vez cruzada la
cañada iniciamos un prolongado pero suave descenso a media ladera del
cerro por una vereda invadida de aulagas y apenas perceptible en algunos
tramos.
Nos
recreamos en el paisaje, localizando Zahara que aparece, con
Algodonales más al fondo, tras la ladera del cerro del Pulgón.
Cruzamos
un pasaje con abundantes arbustos de cornicabra, fijándonos en las
laderas bajas de Los Espartales por donde cruzaremos poco más tarde. El
paisaje más lejano aparecía envuelto en una fuerte calima entre la cual
distinguimos los peñones de Algarín y las Grajas.
El
sendero se adentra en la ladera cuando tiene que cruzar algunos de los
grandes y profundos surcos excavados por los torrentes que bajan por
esta sesgada vertiente, destacando el arroyo de los Covachones, nombre
que podría derivar de las pequeñas cuevas (covachas) que se forman en
las inmediaciones de los barrancos que jalonan su cauce.
Miramos atrás donde apreciamos el trazado de la senda que hemos traído.
Salvamos por su base estas formaciones calizas en estratos paralelos y bien perceptibles.
Todos
estos torrentes que hemos cruzado convergen en el arroyo de los Molinos
(Arroyomolinos) en un precioso lugar ocupado por un pequeño embalse que
en verano se transforma en una singular playa serrana.
Llegamos
a la zona de los Espartales ocupada por una densa vegetación de
lentisco, ardiviejas, algarrobos jóvenes, varias corraletas y antiguas
construcciones ganaderas.
Hemos
bajado hasta los 640 m y estamos relativamente cerca de varias
cortijadas como ésta, bien cuidada, que pensamos podría tratarse de Las
Mesas.
Dejamos
atrás un par de cruces con los que deberemos tener cuidado para no
tomar otra dirección, comenzamos una prolongada subida que nos llevará
hasta los 1.000 m ya al final del sendero, cuando enlaza con la
carretera. Seguimos en Los Espartales donde domina el algarrobo.
Secas
y poco atractivas plantas coronadas de frutos rojos y negros
localizamos a ambos lados del sendero, que para nada recuerdan…
…a las agraciadas peonías que florecieron en primavera.
De regreso volvemos a cruzar el arroyo de los Covachones sobre una formación de gaviones.
La altura que hemos ganado nos permite apreciar gran parte del embalse de Zahara-El Gastor.
Recuperamos esta foto más primaveral del los peñones de Algarín y las Grajas.
En
este punto alcanzamos la carretera, tras cruzar una angarilla. Si
quisiéramos hacer la ruta empezando aquí deberíamos tener en cuenta que
junto a la señal de tráfico hay espacio para un solo coche. Nosotros
hicimos un par de km de bajada por la carretera hasta el mirador de los
Acebuches.
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