Las Mesas

PUERTO DE LOS ACEBUCHES - LAS MESAS - ARROYOMOLINOS

Compleja ruta tratando de recorrer los antiguos senderos más bajos que jalonan la ladera del cerro Coros, combinándolos con pistas y carriles más actuales. El problema que presentan los primeros es su abandono y la presión que sobre ellos ha ejercido la vegetación de ardiviejas, lentisco y sobre todo aulagas que complican sobremanera el transito. Nuestra primera meta, partiendo del puerto de los Acebuches (inicio de la ruta de la Garganta Verde), es llegar a una serie de diques o presas horadadas  para contener las aguas de los arroyos de la Higueroba y los Covachones y, dando una gran vuelta, visitar Las Mesas y el Nacimiento del Arroyomolinos, para regresar a los Acebuches siguiendo otra vez perdidos senderos repletos de aulagas pero de gran belleza y tradición como lo demuestran las caleras que aún pudimos localizar.

Datos: Distancia: 12,5 km / Duración: Unas 4:15 h / Desnivel: 557 m.



El inicio de la ruta se localiza en la carretera que sube desde Zahara de la Sierra al puerto de las Palomas, justo a la altura del km 10, donde se inicia el sendero de la Garganta Verde. En nuestro caso salimos en la dirección contraria a la de la foto.


Antes de empezar la ruta nos acercamos a la fuente de las Cambroneras. Por su catalogación nos enteramos que se abastece de la conducción que lleva el agua de los Llanos del Rabel a Zahara.


En un primer tramo avanzamos paralelos a la carretera, a la cual salimos momentáneamente donde se inicia el sendero de los Llanos del Rabel para asomarnos al mirador sobre el valle del arroyo de los Ballesteros (después Bocaleones) presidido por el cerro de la Cornicabra.


Es a partir de aquí donde la imprecisión del sendero y las aulagas nos complica la ruta. Llegamos a un primer collado que nos permite orientarnos y disfrutar de un grandioso paisaje: Sierra del Gastor, embalse de Zahara, Arroyomolinos…


En algunos puntos aparecen troncos secos del gran incendio de Monte Prieto de 1992 y alguna encina, que pese al daño sufrido logró sobrevivir. 23 años después la repoblación arbustiva es importante aunque la arbórea aún tendrá que esperar.


Algunos paredones verticales a lo lejos muestran pequeños abrigos.


Llegamos a un segundo collado con restos de algún antiguo aprisco. Por esta zona circulaba antiguamente la colada de la Fuente de la Chiva.


A la derecha, muy pronunciada, la ladera del cerro Coros, al fondo la parte más lejana de Monte Prieto y ese valle que se forma, al que nos dirigimos, es el del arroyo Covachones y sus afluentes.


Retomamos el estrecho sendero, que a partir de aquí mejora notablemente, buscando el cruce del arroyo de la Higueroba dejando atrás este tronco de quejigo que  nos puede servir de referencia.


Una vez cruzado el Higueroba entramos en una de las zonas más agradables del sendero, las aulagas no molestan tanto e incluso aparece algún castaño. Bajamos al fondo del valle y localizamos los diques-presa, este en el cauce del Covachones…


…y este otro, al lado, en uno de sus afluentes. Su función dominar las aguas de estos torrentes e impedir la colmatación del cercano embalse. Su construcción pudo coincidir con los años posteriores del incendio, década de 1990.


Si queremos acortar la ruta, desde este lugar se enlaza con facilidad con la fuente del Nacimiento siguiendo un sendero paralelo al arroyo. Ver en el mapa una línea de puntos. En una segunda entrada que publicaremos próximamente, nos moveremos por esta zona.


Salimos del valle y nos elevamos hasta un cerro desde el que se domina el Área Recreativa de Arroyomolinos (La Playita), lugar muy agradable para pasar un día de verano disfrutando del lugar y de sus frescas aguas.


Primera calera que localizamos ya cerca de Las Mesas.


Como vemos el paisaje cambia notablemente al entrar en la zona de las Mesas: caseríos, explotaciones ganaderas, pequeños huertos, segundas viviendas…


…donde la primavera nos anuncia su cercanía.


En un lateral del camino localizamos el nacimiento de Las Mesas.


Cortijo de Las Mesas, con el fondo de la sierra de El Gastor. Bajo esa pérgola realmente hay un pozo en uso para la huerta. Ver catalogación.


Dejamos atrás el cortijo de la Dehesilla y entramos en la parte menos agradable de la ruta: una pista hormigonada que abandonamos unos 800 m después torciendo a la izquierda a la altura del cortijo de la Muñona (en los mapas aparece como “de la Mañana”) ¡Cuidado con los enormes perros, aún atados, que guardan el lugar! Aprovechamos para catalogar su pozo. Enlace.


Nos estamos acercando a la zona del nacimiento del Arroyo de los Molinos o simplemente Arroyomolinos, aguas que movían las piedras de molienda. En este lugar encontramos el Molino Alto.


Una vez localizado el arroyo lo cruzamos por un puente y lo seguimos agua arriba durante un buen rato, para volver a cruzarlo por un vado, si no lleva mucha agua, hasta encontrarnos con el Covachones. Desde este punto un senderillo nos lleva hasta este pequeño manantial señalado en los mapas como Fuente del Nacimiento, situado muy cerca de la unión del A. Covachones con el A. de la Higueroba.


Regresamos por el mismo camino dejando ahora a la izquierda el profundo cauce del ya denominado arroyo de los Molinos que se ha formado tras la unión de los anteriores pero que realmente toma cuerpo de río permanente en este punto al que accedemos por una cancela. Es el Manantial de Arroyomolinos, que 1 km aguas abajo se embalsa en la ya mencionada Playita.


Tratamos de seguir un sendero pasando por la casa del Susto y si fuera posible acercarnos a la cueva del mismo nombre pero una cancela nos lo impide por lo que debemos retroceder y localizar una vereda que sigue la colada de la Fuente de la Chiva, marcada en los mapas pero plagada de aulagas.


Camino del puerto de los Acebuches fotografiamos Zahara de la Sierra, tratando de olvidar los múltiples pinchazos que nos propinan los arbustos.


Tras rodear un cerro volvemos la vista atrás y nos recreamos recordando algunos de los lugares que hemos visitado. Por esta zona coincidimos en un tramo con el camino de ida.


Nuevos tramos muy cerrados por las aulagas que en su momento fueron combustible fundamental para esta calera ya próxima a la llegada.


Por esta cancela salimos y damos por concluida la ruta…


…no sin antes volver la vista atrás una vez más. Ha merecido la pena repasar estos perdidos senderos, pero sobre todo meternos en lo más profundo del valle de estos dos arroyos que conforma el drenaje hídrico del cerro Coros y Monte Prieto. No olvidemos que el Higueroba baja desde el mismo puerto de Las Palomas y el Covachones desde la parte alta de Monte Prieto.


La línea de puntos rojos señala un enlace entre la zona de los diques y la fuente del Nacimiento que nos permitiría acortar la ruta o establecer nuevas posibilidades como de hecho nos plantearemos en una nueva entrada visitando estos lugares nuevamente desde Arroyomolinos para evitar las aulagas.



Llanos del Rabel

PUERTO DE LOS ACEBUCHES - LLANOS DEL RABEL - CIRCUITO DE LOS PINSAPOS (II)

Partiendo de la misma carretera que sube desde Zahara hasta el puerto de las Palomas encontramos la entrada a este sendero oficial que nos lleva hasta la base del Pinsapar. Una amplia pista forestal se abre paso entre un denso bosque mediterráneo salvado de los incendios acaecidos en diversas épocas. Una vez superado el cerro del Montón se abre el horizonte y aparece en toda su magnitud el gran pinsapar, enclavado en medio del circo del Pinar. Sierras y cerros emblemáticos aparecen por doquier, sin olvidarnos de la Garganta Verde. La ruta se completa con el Circuito de los Pinsapos.
Datos: Unos 11 km (I-V), 9 sin el circuito. Unas 4 horas como mínimo. Escasos desniveles. Con permiso a conseguir en el Centro de Visitantes u Oficinas del Parque (grupos) ya que entramos en la Zona de Reserva. Mayo de 2014.
Accedemos a la pista forestal por la escalerilla situada a la izquierda. Habremos llegado hasta aquí procedentes de Zahara de la Sierra por la carretera que sube hacia Grazalema (entrada en este caso a la derecha) o al contrario, bajando desde el puerto de las Palomas. El aparcamiento a un lado y otro es amplio.



A nuestra derecha nos llamará la atención esta gran brecha por la que se encaja el arroyo del Pinar y que no es otra que la Garganta Verde. A izquierda y derecha Los Pilones y el cerro Cambronero.




Tras superar algunas curvas aparece el Montón o cerro de los Ballesteros (1.042 m). Nuestra pista se intuye bordeándolo por la derecha y la cañada que se forma a la izquierda (también de los Ballesteros) lleva a la Viña del Moro, aunque su tránsito está restringido. Al otro lado del cerro prolifera un singular alcornocal sobre calizas lavadas que es toda una excepción.




El punto más bajo de la ruta (unos 700 m) coincide con esta calera. Un panel informativo nos explica con claridad la forma de obtener antaño la cal viva.




Cerro de la Cornicabra (1.289 m) perteneciente a la sierra de Zafalgar.




La totalidad de las aguas recogidas en las Caídas de la sierra del Pinar son drenadas por el arroyo del Pinar hacía la Garganta Verde donde pasa a llamarse arroyo Bocaleones.




Quejigos con su nuevo y verde follaje primaveral jalonan el camino. Cada vez más cerca el Pinsapar.




Vemos en detalle el tramo de crestería que desciende hacia Benamahoma. El más alto el Torreón (1.648 m), después un rosario de nombres difíciles de situar con exactitud: Circo, Cerezo o Mellizo, pico de la V, Águila, Puntal, La Torre, Espolones…




Llevamos andando una hora aproximadamente cuando aparecen los Llanos del Rabel (también Revés), cruzados por varias pistas forestales. Unos chopos señalan la fuente de Frías o pilar del Rabel, las copas cónicas, verde oscuro, los pinsapos (por el cerrete de la izquierda discurre el Circuito de los Pinsapos) y ya en lo alto el omnipresente Pinsapar y la Crestería.




Cuando veamos este puente podemos abandonar la pista por la derecha para cruzar el arroyo, ver el vivero y encaminarnos hacia la fuente donde se inicia el circuito.




Vivero de los Llanos donde se engendran plantones de diversas especies autóctonas como pinsapos, quejigos, encinas, algarrobos… En esta visita vemos cierto abandono y falta de plantones como en otras ocasiones.




Los Llanos pudieron ser cultivados en épocas anteriores, usados los grandes árboles para el carboneo, de ahí las zonas aclaradas, y la fuente como lugar de abastecimiento para los enclaves cercanos donde se supone se tocaba el rabel y las leyendas sitúan los clásicos encuentros entre los mozos que bajaban desde la cercana Viña del Moro y las mozas de los Llanos donde quedan restos de varias viviendas y corraletas ganaderas.




Fuente de Frías o pilar del Rabel. El manantial se sitúa en las cercanías con abundante caudal que lleva sus aguas a otros pilones e incluso a Zahara de la Sierra.




El gran cerro de San Cristóbal, visible incluso desde el Atlántico, quita protagonismo al Torreón, pese a sus "solo" 1.525 m. Descarnadas y calcáreas laderas contrastan con el verde pinsapar que crece bajo su sombra. A la derecha el inicio de la crestería.




Unos paneles informativos nos informan del lugar y otro a su lado nos dirige hacia el Circuito de los Pinsapos. Para iniciarlo debemos cruzar uno de los brazos del arroyo del Pinar por esta pasarela.




Estos ruscus son muy abundantes en el sotobosque que tapiza la base del cerro por donde discurre el circuito. Lo que parecen hojas son realmente expansiones laminares del tallo sobre las que aparecen las verdaderas hojas de diminuto tamaño, la flor y el fruto en forma de baya que es comido por los animales que se encargan de la expansión de las semillas.




El sendero del circuito, trazado no hace muchos años, nos permite adentrarnos en la misma base del Pinsapar. Desde los Llanos nos elevamos unos 140 m con la ayuda de escalones formados por troncos y peldaños de losas de piedra en los puntos más complicados.




Un claro entre el bosque y el zoom nos permite acercarnos al Torreón.




Las diversas tonalidades de verde y formas nos marcan la presencia de quejigos y pinsapos.




Grandes canchales colonizados por pinsapos por debajo de la Crestería.



Ya a la salida del circuito encontramos grandes vistas hacia la sierra de las Cumbres y Las Lomas donde observamos pequeños pinsapares en las zonas más orientadas hacia el norte.



Bellas peonías florecen por doquier en estos días de primavera.



En este punto finaliza el bucle del Circuito de los Pinsapos y un sendero nos conduce otra vez hacia los Llanos.



En esta zona es donde encontramos restos de caseríos, corraletas para animales y grandes quejigos con poderosas sombras sobre el verde césped que invita a un largo descanso antes de regresar.



Para volver a la pista de regreso usamos este badén por el que corre el principal brazo del arroyo del Pinar. Si fuera muy abundante el caudal tendríamos que usar el puente de madera.



Nos despedimos del lugar volviendo la vista hacia las Caídas del Pinar. Hemos situado al “techo de la provincia” en el centro de la imagen intentando que la perspectiva haga que resalte un poco más este gran cerro sin cumbre apreciable.



Mapa tomado del folleto editado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía (www.ventanadelvisitante.com).



Sobre el suave perfil de la pista forestal destaca el pequeño desnivel del Circuito de los Pinsapos.