Faro Camarinal - Silla del Papa
Fecha: 5 Marzo 2017
Distancia: 18,17 Km
Altura máxima: 457 mt.
Circular
Tiempo: 6 Horas
Eran las 8:30 de la mañana, como de costumbre nos reunimos frente al Burguer King de Conil para emprender el camino a Zahara de los atunes, pasando antes por Barbate a recoger algun@s compañer@s, siendo el grupo un total de 25 personas.
Dejando los coches en la playa de los alemanes, nos dirigimos con dirección al Faro Camarinal.
A unos 400 metros, llegamos al Faro Camarinal, donde las vistas son impresionantes, fotos de rigor y del grupo. Decir que esta torre, fué construida hace más de 500 años formando parte de la defensa de nuestras costas. Nos llama la atención otra vez más, los Búnkers que tenemos junto a nuestras playas.
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Eran las 8:30 de la mañana, como de costumbre nos reunimos frente al Burguer King de Conil para emprender el camino a Zahara de los atunes, pasando antes por Barbate a recoger algun@s compañer@s, siendo el grupo un total de 25 personas.
Dejando los coches en la playa de los alemanes, nos dirigimos con dirección al Faro Camarinal.
Eran las 9,30 de la mañana. muchas ganas de hacer la ruta y reencuentro de compañer@s de antiguas batallas.
Foto del grupo
Playa de los alemanes
Bunker junto al faro
Empezamos por un carril, buscando una carretera de uso militar, una vez en ella, subiendo una pendiente de aproximadamente 1,5 Km, nos lleva al "Mirador del Faro Camarinal".
Vista de la playa de Bolonia y la gran Duna
Seguimos andando en subida hasta llegar al mirador de "La Cueva del Moro", donde se hayan pinturas rupestres. Hace unos años el acceso a la cueva era libre y la protección del arte rupestre que em él encontramos era nulo. Lothar Bergmann, espeólogo alemán y tarifeño de adopción es el artífice de la recuperación, proteción y puesta en valor de esta y otras cuevas de la zona. La Cueva del Moro es una de las 66 cuevas con arte rupestre de Tarifa y pertenece al conjunto de arte rupestre denominado arte sureño. Descubierta por Bergmann en 1994 en la cueva se pueden ver pinturas con una edad de unos 20.000 años que compiten en antiguedad con las pinturas rupestres de la Cueva de Altamira. Las figuras, efectuadas por tribus de cazadores-recolectores del Paleolítico, representan animales de estilo naturalista ( sobre todo equinos). El acceso es muy complicado. En los últimos metros se puede observar que se ha colocado una escalera metálica pero para poder llegar a ella, hay que medio escalar.
Cueva del Moro
Junto al mirador, a la izquierda, nos encontramos con esta impresionante muralla de piedra donde pudimos ver algún que otro buitre leonado.
Parada para reponer fuerzas
Continuamos por la carretera hasta que encontramos una barrera que nos indica que estamos en zona militar, atravesamos la barrera y cogemos la carretera a la derecha.
Siguiendo esta carretera con una pendiente bastante pronunciada, ya el cielo se había tornado de un gris, que confundíamos con niebla aunque al final era una fina agua que nos acompañó hasta alcanzar la cumbre.
La compañera María con su chubasquero
La verdad, que la ruta es espectacular, aunque no pudimos disfrutar al cien por cien de su belleza debido a la inclemencia del tiempo y el gris del ambiente, aunque no por ello dejaba de ser bello.
Al final de la pendiente por carretera mencionada, nos encontramos con un radar militar que interrumpe el paso, justo ahí, acaba la carretera.
Nuestra sorpresa fué al oir: "Está Ud. en Zona Militar, por favor abandone el lugar".
Radar militar
A la derecha antes de llegar al Radar, empezamos lo que es propiamente un sendero con monte bajo y eucaliptos, acompañados de una gran muralla de piedra a la izquierda.
Decir, que en el monte bajo predominaba la jara especie pionera en la recuperación de suelos degradados, especialmente por el fuego, fuego, que asoló esta zona en el año 2008 degradando todo este suelo que ahora observamos en inmensos jarales.
Capullo de la flor de Jara
En las propias imágenes, podemos apreciar que el tiempo no nos favorecía en absoluto. A unos 2 kms. divisamos las antenas en una cumbre donde teníamos puesto el objetivo.
Cerro de las antenas
Decir que la colocación de estas inmensas antenas, han degradado desgraciadamente tanto visual como ambientalmente la belleza de la Sierra de la plata.
Antes de alcanzar dicha cima, pasamos por lo que podemos confundir con una calzada romana, o quizás sea fruto de la erosión del lugar, lo dejo a opinión de cada cual.
Posible calzada romana
A pocos metros, subiendo el sendero alcanzamos lo que podríamos llamar la cúspide de la Sierra de la Plata, llamada asi, aunque a falta de pruebas que respalde esta teoría, se explica tal nombre, al aspecto tan plateado de sus numerosos afloramientos rocosos.
Cumbre con antenas múltiples
Escogimos este precioso lugar, bajo una encina, para degustar las viandas que cada cual había preparado y compartido, acompañadas de un gustativo Ribera del Duero.
Almuerzo campero
Una alta alambrada alrededor de las instalaciones de las antenas y el mal tiempo, nos impidió hacernos las fotos de rigor con la llamada Silla del Papa. Lo marcamos como objetivo para la próxima vez que visitemos estos preciosos parajes, eso sí, escojeremos un buen día para disfrutar más aún de las impresionantes vistas.
Ya recuperados gastronomicamente hablando, emprendemos el camino de vuelta, siendo ésta una ruta circular, no volvimos sobre lo andado, sino que a través de un carril de hormigón con bastante pendiente, hecho para el servicio de mantenimiento de las antenas.
La fina lluvia, cada vez se notaba menos, el grisáceo del cielo, nos acompaño hasta llegar a las cotas mas bajas.
A la derecha, montículos pedrestes de figuras varias, a nuestra izquierda, ganado vacuno al filo de la carretera se nos quedaba mirando como si formásemos parte del paraje.
Charo y Miguel junto a la vaca
Horas antes de la bajada, habíamos contactado con el cabrero, dueño de la quesería ecológica " EL CABREO DE BOLONIA", donde quedamos en visitar sus instalaciones y antes de degustar el extraordinario queso que ellos mismos fabrican allí mismo, nos explicaron al grupo, en qué consistía el mantenimiento y la fabricación de tan riquísimo manjar que nos ofrece esta pura raza de cabra de origen PAYOYA.
A la espera de visitar las instalaciones
Explicación sobre la explotación
Raza Payoya
Lucha de Miguel con un cabrito al que le encanta el plástico
Una vez catado las distintas especialidades de queso, nos surtimos de algunos de ellos y nos dispusimos a seguir la ruta. En nuestro regreso al punto de partida, no sin antes pararnos a contemplar la pequeña familia de Burros que tenía Jose el Cabrero.
En nuestra bajada, encontramos piaras de cabras acompañadas de sus perros mastines y cabrero, más ganado vacuno y el majestuoso rey de estas sierras , el buitre leonado, que aunque no pudimos fotografiarlos, sí colocamos una foto de este anfitrión de estas cumbres.
Buitre Leonado
Ganado vacuno pastando
Cabras de regreso al corral
Ya el día clareaba, las vistas grises quedaron atrás, el anticiclón del oeste empujaban esas nubes que nos acompañaron todo el trayecto. Las vistas que teníamos delante de nosotros, nos hacían olvidar lo pesado de la ruta, aunque al volver la vista atrás, todos coincidimos en lo mismo: ¡¡ VOLVEREMOS !!.
Cerro San Bartolomé
Pendiente del regreso
Ya se vislumbraba el Faro, eran las 15,15 horas, llevábamos andando con paradas incluidas casi seis horas. Junto al mirador del Faro, aprovechamos la luz para poder hacer las fotos que a la ida no se magnificaban por falta de luz natural.
Breve parada en el mirador
Vista de la playa
Atrás quedaba la torre emborregada
Fin de ruta
Panorámica
Plano de la ruta del compañero Ángel
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